viernes, 11 de junio de 2010

HÁBITOS DE HIGIENE EMPRESARIAL (2/6)


Creo que ya hemos entendido todos el concepto de hábito adquirido que nos aleja del “instinto animal”.

Pero en el título evocamos tres grandes elementos: hábito, higiene y empresa. Al último concepto solo le dedicaré unas líneas, pero al segundo, apuntado por una querida amiga, creo que debo dedicarle algo más.

Un hábito, “per se” no implica su bondad, idoneidad o incluso sostenibilidad. Meterse el dedo en la nariz es un hábito frente a los semáforos que a todos nos “escandaliza”. Por lo tanto es imprescindible trabajar unos sanos hábitos de higiene dentro de la empresa. Hábitos que pueden ir desde evitar el despilfarro, a la honestidad ante nuestros empleados y clientes o cualquier otro punto más o menos recogido en nuestra misión, visión y valores.

Llevamos unos años en los que ese concepto de higiene implantado por nuestros mayores de lavarse las manos, los dientes, la ducha,… se ha ido extendiendo a la higiene alimentaria, la higiene postural, … una pena que aun no haya llegado a otros ámbitos tales como la higiene social, pero éste no es el tema a tratar aquí y ahora. Hasta la fecha no he leído, y leo bastante, hablar de la higiene empresarial. Ésta no versa sobre otros temas, apasionantes por cierto, como pueda ser la Responsabilidad social, la ética,… No. Hablamos de esos pequeños y sanos hábitos que tienen que calar en nuestro tejido empresarial para una sana y sostenible praxis de la actividad.

En el caso de las PYMES me preocupa mucho ya que, tal y como estos difíciles momentos nos demuestran, tienen mucha menos inercia y mucho menos margen de maniobra para atender errores o ineficiencias. Éstos pueden deberse bien a gestiones caóticas (que yo denomino GPI o gestión por impulso) bien a procesos mal planteados o incluso a efectos no contemplados o mal dimensionados. El hecho es que la PYME tiene un margen de error mucho más pequeño que una gran empresa provista de recursos económicos, personas, clientes,… Esto hace mucho más necesario para la PYME la aplicación y respeto absoluto de esos hábitos de higiene empresarial. Recordemos que éstos son los que nos van a permitir desarrollar nuestro negocio o empresa de una forma progresiva, ordenada y sobretodo sostenible, más allá de nuestra presencia personal en el proyecto.

Y ahora vienen esas breves frases sobre el tercer elemento de nuestro título: empresarial. Al evocar éste concepto tenemos una tendencia muy marcada en visualizar las grandes empresas internacionales. No vamos a negar que puedan estar detrás del concepto, pero quisiera que lo veamos con unas miras de “gran angular”. Tenemos que enfocar desde la micro empresa hasta la gran corporación. Poco importa el tamaño en un proyecto empresarial. Éste, el tamaño, será la consecuencia de su actividad. Esta pequeña serie de escritos está dedicada a las PYMES que son, en el fondo y la forma, el motor empresarial de este país.

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