lunes, 9 de noviembre de 2009

Se lo merecen...

En estos momentos tan delicados y revueltos, en donde no hay día en donde no leamos, oigamos o veamos desgracias empresariales y dramas personales, tenemos mucha suerte los que no protagonizamos tales noticias.

Hace muchos años, mi padre me explicaba que la vida tiene dos caras: la suerte y el trabajo. Lo que no podemos, bajo ningún concepto, es dejar en manos del azar nuestro futuro, el de nuestras familias o nuestras empresas. Por ello, mas vale trabajar duro y bien, para que cuando llegue la suerte, nos dé un subidón y, si no llega, estaremos en el buen camino.

Nadie se atrevería a decir que el futuro de su Empresa lo deja al azar o a que le toque la lotería, porque sabe que sería tildado de loco, iluso irresponsable o algo peor.... Lo que no nos damos cuenta es que, en más ocasiones de las que pensamos, contamos con “pequeños milagros” no tan llamativos como la lotería, pero igual de ilusorios. Tenemos que hacer grandes esfuerzos para no sucumbir a estas ilusiones “empresariales”: desde un pedido a un margen astronómico, pasando por esa “generosidad” del banco al descontarnos unas letras o concedernos un crédito a un interés extremadamente bajo. Inmersos en la vorágine del día a día, en la guerra de guerrillas en la que tenemos que pelear cada pedido, es muy difícil no sucumbir a la presión del presente nos hace desenfocar el mañana.

No se me ocurre dudar que han hecho lo mejor que han podido dadas las circunstancias. No dudo de la capacidad y del esfuerzo de los trabajadores para superar estos momentos tan complicados. Lo que pasa es que si siguen haciendo lo mismo que han hecho hasta ahora, dudo que obtengan resultados distintos: no hay que esperar “milagros”. Pero no se rindan, sus familias, colaboradores y empresas se merecen sus esfuerzos, se merecen lo mejor de todos y cada uno de nosotros. Es una cuestión tan sencilla, como no rendirse ante la adversidad, no escatimar esfuerzos, ni inteligencia ni lucidez: se lo merecen.

La propuesta que hacemos desde sharp-management no es la “píldora mágica” pero si un enfoque desde otro prisma, con la búsqueda de “soluciones no exploradas”, con la recuperación de las “buenas costumbres” olvidadas y con la implementación de nuevos “hábitos de higiene empresarial” que ayuden a encontrar nuevos caminos hacia la recuperación de una senda de futuro. La sostenibilidad y futuro de nuestros proyectos empresariales pasan por ser capaces de asumir la realidad del presente: la retracción de los mercados, la baja en márgenes y el cambio de las reglas del mercado.

Hace pocos días pude leer una frase que quisiera compartir “la empresa que sea capaz de adaptarse a la realidad del mercado y ganar dinero en estas circunstancias, tiene el futuro asegurado”. La solución es fácil: actitud del personal, control y rebaja en nuestros costes, innovación permanente y presencia en la mente del cliente. Todo esto, solo se puede obtener mediante incremento de la eficiencia, mente abierta al cambio, compromiso con las persones (empleados, proveedores, clientes,...) y sobre todo aceptando las nuevas realidades.

¿No creen ustedes que se lo merecen?

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