lunes, 29 de marzo de 2010

“CAPITAN DE MI ALMA” Nelson Mandela

Hace pocas fechas fui con mi mujer a ver una película increíble: “Invictus”. Una cinta llena de optimismo, bondad, generosidad en la que posiblemente se noveló una dura realidad. No obstante es muy gratificante, en momentos tan grises disfrutar de noventa minutos de positivismo en cornea.

Una de las frases que se escuchan, casi al final, reza “soy capitán de mi alma”. Hoy, comiendo con tres queridos amigos, salió la película en la sobremesa y, a parte de llenarme el espíritu de pensamientos positivos, me permití compartir mi interpretación de dicha frase. Esta interpretación quiero compartirla con ustedes ya que creo es interesante darle una vuelta al tema.

Enfrentados en un entorno tan complejo (no en la acepción de complicado, pero si de “enmarañado”) lleno de actores que intervienen, de influencias que desconocemos sus orígenes o alcances y en donde nuestra capacidad de controlar variables es muy limitada, creo que resulta más importante que nunca ser “el capitán de nuestras almas”. A nivel personal podríamos resumirlo con “tenerlo claro”, saber quienes somos, qué somos,… y a nivel empresarial viene a decir que hay que también tenerlo muy claro.

¿Qué significa tenerlo claro? No voy a filosofar en el registro personal, porque se me antoja excesivamente complejo y sobretodo demasiado pretensioso por mi parte si lo abordase. No obstante en el ámbito empresarial nos lleva a nuestra “misión, visión y valores”. Que queremos ser, qué queremos hacer y sobretodo “que sabemos hacer”. No podemos controlar la crisis, pero si nuestros actos, si la actitud y las acciones que emprendamos frente a ella. Desde impulsar y acelerar el lanzamiento de nuevas gamas de producto, hasta lanzarnos a abrir nuevos mercados o rebuscar nuevos nichos en los ya existentes.

Innovar no significa romper con lo que tenemos. Significa usarlo de distinta forma, aplicarlo de distinta forma, incorporando nuevas herramientas, nuevas variables y escenarios en los que actuar. Significa abordar nuevos proyectos con pasión, energía y sobretodo con un guión previo. No podemos despilfarrar ni un ápice de nuestros recursos: hoy son más necesarios y escasos que nunca.

Por eso les invito a reflexionar y tomar el timón de sus empresas, teniendo claro qué son, qué quieren ser y si hace falta ayuda externa subcontratarla para “hacer que las cosas pasen”. Todo es con-secuencia de algo: acción… con-secuencia.

¡Buen viaje capitanes!